Hace tiempo, mientras me encontraba en un tranquilo rincón del bosque, que está detras de mi casa, tuve una revelación. Me di cuenta de que el lobo, con todo su poder y majestuosidad, tiene una dualidad. Al igual que nosotros, tiene un lado salvaje y protector, pero también puede tener un lado egoísta y dominante. De la misma forma, en nuestro interior, se encuentra una criatura poderosa que llamamos "Ego". Es astuto, a veces voraz, y puede tomar el control si no estamos atentos.
Imagínalo así: todos llevamos una máscara que muestra al mundo quiénes creemos que deberíamos ser. Esa máscara es obra del ego. Nos protege, sí, pero también nos oculta y nos limita. ¿Te has sentido alguna vez a la defensiva sin razón aparente? ¿O te has comparado constantemente con otros, sintiendo que no eres suficiente? Esas son las señales de que el lobo del ego está al acecho. Pero, queridos lectores, no estoy aquí para asustaros. Estoy aquí para compartir con vosotros la danza que he aprendido a lo largo de los años con mi propio ego. Porque, si bien no podemos —ni deberíamos— eliminarlo, sí podemos aprender a bailar con él.
La meditación, la reflexión profunda, cultivar gratitud... son herramientas maravillosas para equilibrar ese impulso egoísta y encontrar nuestra auténtica voz interior. En mi propio viaje, me he dado cuenta de que cuando me tomo un momento para respirar y realmente escuchar, a menudo descubro que el susurro suave y amable de mi verdadero yo es más poderoso que el rugido estridente del ego.
También he encontrado fortaleza en la comunidad, en la conexión con personas que me ven por quien soy realmente, y no por la máscara que a veces me pongo. Al nutrir estas relaciones auténticas, nos recordamos mutuamente la belleza de ser vulnerables, de ser reales, y de abrazar tanto nuestras luces como nuestras sombras.
Así que hoy, ya sea que estés leyendo esto en tu rincón favorito del hogar o escuchándome hablar a través del Canal GR, te invito a reflexionar. Piensa en las veces que tu ego ha tomado el control. Y, más importante aún, piensa en cómo te gustaría bailar con él a partir de ahora. La danza con el ego es un proceso continuo. Pero como en cualquier baile, con el tiempo, comenzarás a anticipar sus movimientos y a encontrar un ritmo que sea armonioso para ambos. La clave no es resistir al ego, sino entenderlo, aceptarlo y guiarlo. Porque, queridos lectores, cuando nos resistimos o luchamos contra algo, le damos aún más poder.
Hay momentos en los que el ego se siente como un lobo aullante, fuerte y dominante. Y, aunque es natural querer reprimir ese rugido, te invito a hacer algo diferente: escucha ese aullido. Pregúntate, ¿qué está tratando de decirte? Tal vez está señalando una herida que necesita ser sanada o una inseguridad que necesita ser abordada.
Las sombras del ego se manifiestan de muchas maneras: envidia, miedo al rechazo, la necesidad de ser el mejor, el deseo de reconocimiento... Pero, si observas con cuidado, detrás de esas sombras a menudo hay un deseo genuino de conexión, de ser amado y aceptado. En lugar de juzgar estas partes de ti mismo, ámalas. Reconoce que son parte de tu humanidad.
Y así, cada vez que el ego intente liderar la danza, tómalo de la mano y muéstrale un paso diferente, uno que provenga de un lugar de amor, comprensión y autenticidad. Permítele aprender de tu sabiduría interna, de ese núcleo de luz que todos poseemos.
Al final del día, no estamos aquí para luchar contra nosotros mismos. Estamos aquí para aprender, crecer y evolucionar. Estamos aquí para descubrir quiénes somos realmente, más allá de las máscaras y las barreras. Y en ese viaje, cada uno de nosotros tiene el poder de transformar la relación con nuestro ego, de adversaria a aliada.
Mi deseo para ti es que encuentres paz en este baile, que aprendas a moverte con gracia a través de los altibajos de la vida, y que siempre recuerdes que dentro de ti reside una fuerza poderosa y amorosa, lista para guiarte en cada paso. Y antes de despedirnos, quiero recordarte que estoy aquí para apoyarte en este viaje. No olvides conectar conmigo y con nuestra hermosa comunidad a través de las redes. Descubre más reflexiones y herramientas que te ayudarán en tu viaje personal y espiritual en:
Página Web: https://www.jpmcoaching.com/
¡Hasta la próxima, querida manada! ¡Que tu danza con el ego sea transformadora!
Con Cariño,
Julia Perellon M.
Psicóloga y Coach de Vida
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