Hoy quiero compartir con ustedes un capítulo íntimo y desafiante de mi vida. Un tiempo de cambio, un tiempo de liberación y, en última instancia, un tiempo de crecimiento. Todo comenzó con una decisión: mudarme y embarcarme en un nuevo capítulo de mi vida.
Tengo un sobrino, un hombre de 42 años, pero que aún vive como si dependiera de mí, durante mucho tiempo, hemos compartido el mismo techo, un espacio que solíamos compartir con mi madre. sin embargo me di cuenta de que, aunque lo amo profundamente, mantener esta dinámica ya no era saludable para ninguno de nosotros, Por mucho que quisiera ayudarlo, entendí que en lugar de ayudarlo, le estaba impidiendo expandir sus propias alas, y que no podía vivir su vida por él. Así que decidí mudarme, pero esta decisión también trajo consigo temores y preocupaciones. ¿Podría él manejarse solo? ¿Podría yo manejarme sola?
Enfrentada con estas incertidumbres, recordé una sabiduría universal que he aprendido en mi viaje espiritual: no podemos controlar todo en nuestras vidas. Tenemos que aprender a soltar y confiar en que el Universo tiene un plan. Esta lección no es fácil de aprender, y a veces puede resultar dolorosa. Sin embargo, cada vez que nos atrevemos a soltar, abrimos espacio para nuevas experiencias y lecciones de vida.
Así que tomé un respiro profundo, cerré los ojos y decidí confiar. Confiar en mí misma, confiar en mi sobrino y, sobre todo, confiar en el Universo. Decidí soltar los miedos que me ataban y dar un salto de fe hacia lo desconocido.
Reconocí que el miedo es simplemente una señal de que estás a punto de abandonar tu zona de confort y adentrarte en lo desconocido. Pero el Universo es amable, y siempre nos guía a través de estos cambios, aunque a veces de formas misteriosas. Cada paso que doy hacia este desconocido, lo hago con fe, sabiendo que no sólo estoy eligiendo una vida nueva para mí, sino también permitiendo a mi sobrino la oportunidad de crecer.
Durante este tiempo de cambio, he buscado el apoyo de aquellos que me comprenden. He compartido mis miedos, mis dudas, pero también mis esperanzas y sueños. A través de estas conversaciones, he sentido la fuerza del Universo a mi lado, recordándome que no estoy sola en este viaje.
Ahora entiendo que soltar no es abandonar, sino más bien permitir. Permitir que las cosas sigan su curso natural, permitir que cada uno tenga su propio viaje, permitir que el Universo nos guíe hacia nuestro verdadero camino.
Espero que mi experiencia pueda servirles de inspiración. Les invito a soltar los apegos que los están reteniendo, a confiar en el Universo y a dar ese valiente salto de fe hacia una vida más plena y libre. No importa lo desconocido que pueda parecer el camino, recuerden que el Universo siempre está a nuestro lado, guiándonos, apoyándonos y amándonos.
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Julia Perellon M. Psicóloga y Coach de Vida
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